La situación dentro del partido Alianza Verde se agudiza con cada día que pasa. Tras las renuncias de figuras prominentes como Antanas Mockus y Claudia López, el partido se enfrenta a una nueva controversia. Un grupo de partidarios, liderados por el senador Ariel Ávila Martínez, ha solicitado a las directivas del partido la expulsión inmediata de Sandra Ortiz e Iván Name, quienes se vieron envueltos en un grave escándalo de corrupción relacionado con los carrotanques en La Guajira.
Este martes, el senador Ávila, haciendo eco de las crecientes tensiones dentro del partido, expresó la necesidad urgente de expulsar a los implicados, subrayando la importancia de mantener la integridad y la transparencia en el partido. Además, instó a la creación de una comisión anticorrupción para garantizar la rectitud de las acciones partidistas.
Bajo la perspectiva de diferentes figuras del partido, la crisis no solo amenaza la estabilidad interna del partido, sino que también podría afectar las relaciones con el Gobierno nacional. En medio de la tensión líderes de la colectividad como Carlos Andrés Amaya, una figura destacada del partido y gobernador del departamento de Boyacá, aún no ha hecho declaraciones públicas sobre el escándalo que involucra a Ortiz, lo que sugiere una división interna sobre cómo abordar el problema, crisis que también ha sido evidente con las militantes Katerine Miranda y Cathy Juvinao, quienes no se sumaron a la solicitud de expulsión realizada este martes.
Por su parte, el exsenador Antonio Sanguino enfatizó en la necesidad de erradicar la corrupción dentro del partido, calificando a los involucrados como “dos manzanas podridas” que deben ser eliminadas.
En este panorama, la Alianza Verde se enfrenta a una prueba crucial en su lucha por mantener su integridad y credibilidad. La respuesta del partido a estas acusaciones de corrupción definirá su futuro y su capacidad para representar a sus votantes de manera justa y transparente.